Este pilar está enfocado en el fortalecimiento de las habilidades cognitivas, como la capacidad de resolución de problemas, la memoria y el pensamiento crítico.

El desarrollo físico y motriz es fundamental en esta etapa. Este pilar busca potenciar la coordinación, el equilibrio y la motricidad gruesa y fina a través de actividades que impliquen movimiento y manipulación de objetos.

Este pilar está centrado en el desarrollo emocional y social, ayudando a los niños a gestionar sus emociones, comprender las de los demás y mejorar sus habilidades comunicativas. Se busca desarrollar la empatía, la cooperación y la capacidad de expresarse.

Aquí se trabajan las habilidades emocionales, como la autorregulación, el control de impulsos y el manejo de la frustración. Se enseñan herramientas para que los niños comprendan y expresen sus emociones de forma adecuada, creando bases sólidas para la inteligencia emocional.

Este pilar se centra en el fomento de la creatividad y la expresión artística a través de distintas formas de arte. Los niños explorarán su capacidad para crear, innovar y expresarse libremente mediante la música, las artes plásticas, la escritura creativa y el teatro.

Este pilar promueve el desarrollo de una base ética y valores en los niños, así como la reflexión sobre su entorno y el respeto por los demás. Se busca que los niños comprendan la importancia de actuar con bondad, honestidad y responsabilidad, desarrollando una conciencia espiritual sobre su lugar en el mundo.

Este último pilar es fundamental, ya que se trata de ofrecer un acompañamiento cercano a los padres para que comprendan las etapas del desarrollo infantil y cómo apoyar a sus hijos de manera efectiva. Además, se les proporcionarán estrategias para fomentar una crianza respetuosa y consciente.